Con el fin de semana a la vuelta de la esquina y el verano alargando los día, estamos deseosos de planes al aire libre y como no, con un rico menú por delante.
Cerca de nuestro restaurante se encuentra el Parque Quinta de los Molinos. Un jardín de uso público cuyo origen es una finca de recreo rústico urbana con zonas de explotación agrícola y un marcado carácter mediterráneo, que dispone de edificios y arquitecturas declaradas de alto interés. El parque incluye grandes extensiones de arbolado, en el que podemos encontrar una gran cantidad de especies (olivos, pinos, eucaliptos), aunque la estrella del parque son los almendros, que florecen en febrero y marzo, ofreciendo un fantástico espectáculo.
Los orígenes de La Quinta de los Molinos se remontan a los años veinte del siglo pasado. El núcleo originario de la finca fue el entorno del palacete y la zona situada al norte del camino de Trancos o de la Quinta. El resto de la finca es el resultado de varias adquisiciones que realizó el Sr. César Cort hasta los años setenta. Hacia 1925 se inició la construcción del Palacete, posteriormente se edificó la Casa del Reloj. Ambas construcciones están orientadas al Sur, hacia la vaguada del arroyo de los Trancos, que dispone de una plantación importante de frondosas en el seno de la cual se construyó el lago y el jardín. En los alrededores de la Casa del Reloj se distribuyeron parcelas escalonadas de huertas o de producción de flores, y en el entorno del palacete otra serie de parcelas dedicadas unas a producción y otras a jardín ornamental, rodeadas por muretes y escaleras que separan las distintas zonas.
Las arquitecturas que acompañan al jardín, incluido la casa palacio, forman un conjunto único de la arquitectura prerracionalista madrileña de principios del siglo XX, sobre todo porque no existe en toda la ciudad un jardín tan extenso y tan bien conservado de aquel periodo.